jueves, 17 de marzo de 2016

COLO

No soy una chica excepcional, ni nada del otro mundo. Pero he cambiado, he cambiado mucho, y a peor.

He pasado por muchas etapas en mi vida;
Cuando era bien pequeña, no tenía ningún miedo ni verguenza y todos me querían.

Cuando me hice más mayor me vinieron todas las verguenzas juntas y no sabía mantener la mirada cuando hablaba con alguien, hasta me ponía a sudar y colorada. (Acabo de recordar que un profesor solía llamarme Colo porque soy peliroja, ya tengo nombre para el post).

En la adolescencia adelgacé mucho y me veía preciosa a lo que me gustaba jugar con mi mirada siempre que iba caminando por la calle; miraba tanto a chicos como hombres; les aguantaba la mirada y veía cómo se giraban para volver a mirarme una vez me habían pasado. Me gustaba mucho ese juego, sentía que los dominaba a todos. Porque TODOS se giraban.

Y plum, volví a caer. Volví a engordar por trillones de cosas en la vida y parece ser que he vuelto a ser la chica de las verguenzas que se pone roja y suda cuando habla con alguien. Patético.

Quiero volver a jugar. ~A.

No hay comentarios:

Publicar un comentario